No, no es el día del Padre, ni el cumpleaños de mi progenitor, esos ya pasaron este año…
Y deseo de corazón compartir con el “veterano” muchos más por supuesto…
En esta entrega mis amables lectores, quiero hablar de mi papa y enfatizar el dicho popular “Honor a quien honor merece”…
Hoy es un día especial para un servidor, pleno de orgullo por mi señor padre, Antonio Aguilar Alcocer…
Probablemente las líneas que en esta ocasión escribo tengan un alto grado de emotividad y de sentimientos encontrados, por ser totalmente PERSONAL, lo que no acostumbro hacer en mis notas, por lo que espero me comprendan y disculpen si conlleva una satisfacción que es difícil de explicar.
El “Negro” como lo conoce el mundo de la pelota en el estado, fue distinguido ayer en nuestro querido Valladolid por su alcalde el Ing. Gonzalo Escalante, quien junto a él y la familia Aguilar Rovirosa, así como una gran cantidad de amigos y aficionados, develaron la placa que de manera oficial indica que a partir de ahora, el Campo de Beisbol de la Unidad Deportiva, se llamara… ¡ANTONIO “EL NEGRO” AGUILAR!
Una distinción en vida para el que es el MEJOR BEISBOLISTA VALLISOLETANO DE TODOS LOS TIEMPOS y que inmortaliza su nombre, lo que no solamente a mí, como su hijo, sino también a todos los “paisanos”, nos complace y llena de alegría, pero sobre todo a Papa que con lagrimas en los ojos ante la emoción, agradeció al edil y todos los presentes, el honor recibido a sus casi 80 años y por lo que el mismo dice “una humilde carrera como pelotero, donde solo disfruto jugar a la pelota y siempre se sintió muy orgulloso de sus raíces”.
UN POCO DE SU TRAYECTORIA EN LOS DIAMANTES
Desde muy pequeño comenzó a jugar pelota en su natal Valladolid, representando a la primaria “Delio Moreno Cantón” y la secundaria “José Inés Novelo” donde realizo sus estudios. En 1948, a los 16 años ya vestía la camisola del equipo local “Estrellas”, junto a “Lupe” Gómez, Jorge Escalante Febles, “Campeón” Cervera, “Toroch” Novelo, “Kuyuch” Mendoza, entre otros, bajo el timón del cubano Napoleón Reyes.
Al año siguiente emigro a la capital del estado para estudiar el Bachillerato en la UADY e inmediatamente fue convocado a jugar con Yobain en la Liga Interzonas, donde llamo la atención del “Primo” Abraham quien lo recomendó a los “Pericos de Mérida” novena que participaba en la poderosa Liga Peninsular, plagada de los mejores peloteros de la ciudad, del estado y la región y con una gran camada de jugadores cubanos de la época.
En 1953 es firmado por Joe Cambria buscador de talentos de los “Senadores de Washington” y lo enviaron a los “Medias Rojas de Morristown” (Tennessee) volviendo a estar bajo la batuta de Napoleón Reyes y los “Indios de Lexington” dirigido por Al Monchack, en Carolina del Norte, USA; para después militar en Clase C con los “Pilotos de Texas City/Thibodaux”, manejados por el norteamericano “Battle” Sanders.
En 1955 fue llamado por los “Leones de Yucatán” de la Liga Mexicana, donde estuvo enfundado en la franela melenuda hasta 1956, convirtiéndose en el primer segunda base yucateco en la historia de la franquicia, haciendo la llave de doblepleis con el parador en corto temaxeño “Chucho” Rejón, jugando junto a los antillanos Ángel “Cuco” Toledo, Ramón “el profe” Bragaña, Roberto “Guajiro” Ortiz y “Patato” Pascual, además de los mejores locales, “Indio” Peraza, Pedro Comas, Felipe Ceballos, por citar algunos.
En el invierno milito con los Petroleros de Poza Rica en la Liga Veracruzana y con las Águilas de Mexicali en la Liga de Arizona. También participo en la Liga Tabasqueña con Teapa (1958) Paraíso (59) y Jalpa de Méndez (60), de donde se retiro del beisbol profesional para dedicarse a la familia y al comercio.
En la década de los 70’s reunió a un grupo de jóvenes peloteros de la localidad y revivió a las “Estrellas de Valladolid” entre los que recordamos (yo era el carga bates del equipo) a Alejo Dzib, “Cabini” Vivas, “Estrellita” Martin, Armin Aguilar, “Jitos” Rivero, “Palomitas” Azcorra, “Banana” Arceo, el Dr. Rubén Gómez (padre de Heber el short stop actual de Sultanes) participando en los mejores circuitos amateurs del estado, brindándole grandes emociones a los aficionados al Rey de los Deportes de la patria chica, que abarrotaban el “Aureliano Centeno”.
Incansable promotor del Beisbol (en los 80’s instalo la Liga Campesina “Julián Aguilar Dzul” con más de 40 equipos de las poblaciones vecinas, circuito que duro varios años), varios años trajo a los melenudos en pretemporada, realizaba excursiones a Mérida para verlos en campaña regular e incluso si mal no recuerdo, hizo gestiones para que la afición viera en Valladolid a la Selección Cubana campeona del mundo, así como un equipo de la Universidad de Iowa y varias veces a los Invasores de San Diego.
Asesor de muchos que han querido incursionar en estos menesteres y consejero de la pelota caliente hasta la fecha, igual brindándole muy “a su peculiar estilo” que a veces incluye una buena dosis de regaños consejos a chicos y grandes en su tienda, donde igual “vacila” con propios y extraños, con sus “voladas” de siempre, al vender “gorras para cátcher” y “bates para zurdos”, o decirle a los clientes “con estos spikes hasta chispas vas a sacar cuando corras en tu pueblo” o “mira esta pelota vuela, pero hay que darle”…
Ver un partido de GL en su compañía es además de placentero, instructivo, por sus comentarios que la mayoría de veces son acertados, admito que a su lado he aprendido mucho, todo un personaje sin lugar a dudas y por algo se auto proclama y no por pedantería, es su manera de ser, “El Rey del Beisbol en Valladolid”…
Me siento muy contento y el orgullo no cabe en mi pecho, de ver a mi viejo con esa sonrisa en su rostro ya cansado por los años y sabedor que aunque el tiempo no perdona, en sus ojos humedecidos por las lágrimas parece decir… Misión cumplida. “No hay mejor medicina que este regalo que me brinda mi gente”…
Fue un hermoso evento, mil gracias a todos quienes lo hicieron posible, eternamente toda mi familia estaremos agradecidos, no tanto por el hecho que es bien merecido para mi Padre, sino por lo que le ha significado el recibirlo en vida, como se deben de hacer todos los homenajes y reconocimientos a hombres que le dan brillo a una localidad… ¡En vida!
Ojala sirva de ejemplo para las nuevas generaciones de peloteros de la inigualable tierra del “Gavilán Blanco”.
Un agradecimiento especial a nuestros invitados que nos acompañaron en este inolvidable día, viejas glorias de la pelota, ex melenudos todos, William Berzunza, Leonel Aldama, Don “Chucho” Rejón, Carlos Paz, Ramiro Rubio, Juan Manuel González y Gener Rivero, quienes recibieron de parte del HA una distinción como testigos de honor del acto protocolario realizado en el engramado del campo que se llama…
ANTONIO “EL NEGRO” AGUILAR… ¡Felicidades Papa!
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